Este encantador candelabro de fresas parece salido de una escena de cuento donde el bosque cobra vida. Hecho y pintado a mano con esmero, cada hoja y cada fruto recrean con fidelidad y poesía el espíritu de un jardín salvaje. Las pequeñas flores blancas se abren tímidamente entre fresas rojas y hojas dentadas, evocando tardes de verano.
Una pieza decorativa de edición muy limitada que combina delicadeza y carácter artesanal. Ideal para iluminar con calidez una mesa, una estantería o un rincón especial. Una joya botánica que no necesita estación para brillar. Medidas: 26 x 10 cm.